La diversidad de fuentes para el estudio de la historia
En términos metafóricos podríamos decir que, así como las fuentes de agua son los lugares desde los cuales se puede extraer agua, las fuentes de la Historia son todo aquello que sea capaz de ofrecer datos importantes que luego el historiador deberá analizar en la búsqueda del conocimiento. En este sentido, de acuerdo con sus características, las fuentes históricas pueden ser de tres tipos diferentes:
1)- Fuentes escritas: son todas aquellas en donde los datos se encuentran registrados de forma escrita en un soporte material que puede ser piedra, madera, papel, metales, arcilla, cuero, etc.
2)- Fuentes Orales: son las tradiciones orales, entrevistas, declaraciones orales, grabaciones de audio, etc. Son fuentes muy importantes, especialmente cuando se estudia la historia reciente, dado que aún es posible dialogar con los protagonistas de la historia.
3)- Fuentes materiales o arqueológicas: son todos los elementos materiales que puedan arrojar información importante a cerca del pasado humano. Estas fuentes son las más comunes, puesto que todo aquello que ha sido construido o modificado por el hombre encierra una información valiosa para los investigadores, pues a partir de su estudio se puede comprender cómo vivían los seres humanos en períodos muy remotos en el tiempo. Además, éste tipo de fuente es la más común en el estudio de la prehistoria, ya que las tradiciones orales no suelen perdurar tanto tiempo sin ser modificadas por quienes las transmiten de generación en generación, y los documentos escritos aún no existían en dicho período.
Por último, es importante señalar que esta clasificación no es excluyente, por lo que algunas fuentes son de dos tipos al mismo tiempo. Por ejemplo, el periódico es una fuente escrita, porque contiene información escrita, pero también es una fuente material, que brinda información de cómo el hombre fabrica el papel, qué tecnología utiliza en dicha fabricación, de dónde saca la materia prima, qué máquinas emplea, etc.