¿Cómo realizar un proceso de Investigación?

30.08.2011 13:18

La ciencia moderna, en sus diferentes campos y disciplinas, suele trabajar generalmente con el método hipotético-deductivo. Dicho método se caracteriza por ir de lo teórico y general a lo concreto y particular. Es decir que un proceso de investigación comienza siempre por un análisis teórico y termina con una contra stación empírica o con una demostración.

Obviamente, dependiendo de la naturaleza del problema de investigación o de la disciplina, cada una de ellas emplea estrategias y técnicas de análisis, de recolección de datos, de contrastación o de demostración que son muy diferentes, e incluso en algunos casos hasta antagónicas, lo que suscita largos y acalorados debates interdisciplinarios.

Describir y explicar todas esas estrategias y técnicas aquí es algo prácticamente imposible, por lo que preferimos ser sintéticos y claros, abordando sólo aquello que sea fundamental para la investigación de un problema histórico.

A continuación enumeramos los principales pasos del método científico y luego los describiremos uno por uno:

1)- Elección del Tema de Investigación.

2)- Formulación de un problema o pregunta de investigación.

3)- Redacción de objetivos.

4)- Antecedentes del problema y revisión bibliográfica.

5)-  Marco Teórico.

6)- Formulación de una hipótesis.

7)- Marco Metodológico.

8)- Recolección de Datos.

9)- Análisis y Conclusión.

10)- Redacción del Informe de investigación.

*Cabe destacar que éstos pasos son tan solo una guía, que puede ser modificada en mayor o menor medida.

 

C omo vemos, todo proceso de investigación comienza por la elección del tema. Aquí el investigador debe definir, en términos generales, cuál es el área al que pertenece o en el que se enmarca el problema. Así, por ejemplo, algunos temas de investigación pueden ser “nacionalidad oriental” o “la independencia de Uruguay”.

Luego de la elección y definición del tema, el cual hay que explicitarlo y escribirlo como corresponde, debemos identificar un problema a estudiar, que en términos científicos significa: una pregunta sin respuesta, o por lo menos sin una respuesta clara y contundente. Como es bastante obvio, el problema o pregunta de investigación siempre debe de estar dentro del tema seleccionado anteriormente. Por otra parte, el problema siempre tiene que ser novedoso, significativo (en este caso desde un punto de vista histórico), y no debe centrarse en cuestiones axiológicas, éticas o morales, pues estas discusiones constituyen problemas filosóficos y no científicos, porque difícilmente pueden ser contrastados empíricamente. La pregunta tiene que ser formulada en términos simples y sencillos, de manera tal que cualquier lector pueda comprender qué se pretende estudiar. Algunos ejemplos de problemas de investigación, pertenecientes a los temas de los ejemplos mencionados anteriormente, pueden ser: ¿Cuándo surgió la nacionalidad oriental? o ¿Cuándo se produjo la indepe ndencia del Uruguay?

Después de que ya sabemos lo que queremos estudiar y en qué tema se enmarca nuestro problema de investigación, debemos fijarnos ciertos objetivos, cuyos verbos deben redactarse en infinitivo, y su formulación también tiene que ser clara y sencilla. Si el objetivo principal es muy general y abstracto, se pueden redactar objetivos específicos a través de los cuales se cumple el objetivo general. Los objetivos, habitualmente contienen explícita o implícitamente el deseo y la intención de resolver el problema. Sin embargo, cabe aclarar que en muchos otros trabajos verán que los objetivos se redactan más adelante, cuando ya vamos un poco más avanzados con nuestro trabajo. Esto se debe a que los objetivos específicos se desprenden, muchas veces, de las variables y categoría analíticas, por lo que se conocen recién luego de haber formulado el marco teórico, que es el que detalla dichas variables y categorías. Continuando con los ejemplos anteriores, algunos objetivos generales podrían ser: “Conocer cuándo se produjo la independencia de Uruguay” o “Determinar cuándo surgió la nacionalidad oriental”.

Hecho esto, podemos comenzar a hacer una revisión de los antecedentes del problema, es decir que tenemos que averiguar si algún otro investigador ya lo estudió antes que nosotros y, en tal caso, cuáles fueron sus conclusiones. Esto se hace revisando la bibliografía específica vinculada al tema, en lo que, si somos novatos, el docente o tutor puede guiarnos. La finalidad de la revisión bibliográfica es conocer y comprender mejor el tema y el problema al que nos enf rentamos, y fundamentalmente ir generando posibles respuestas a nuestra pregunta inicial. Esto es la formulación de una o varias hipótesis. Un buen método para hacer la revisión bibliográfica es diseñar una tabla de doble entrada, donde en las columnas se colocan diferentes autores, y en una fila, sobre el costado izquierdo se coloca el problema de investigación. Así, en la parte central, en la intersección de la fila con cada columna (de los diferentes autores), se va respondiendo de manera sintética cuál es la postura del autor respecto al problema, y así podrá luego comparar fácilmente a los distintos autores.

Una vez que ya hicimos la revisión bibliográfica y averiguamos si hay antecedentes vinculados a nuestro problema de investigación, estamos en condiciones de comenzar el marco teórico, que es una de las partes más importantes del proceso. En el marco teórico lo que debemos hacer es responder a nuestro problema empleando el conocimiento teórico que obtuvimos a partir de la revisión bibliográfica. Es decir que intentamos buscar una explicación para nuestro problema, y en dicha explicación vamos definiendo y conceptualizando las diferentes variables y categorías analíticas que constituyen los factores más importantes de tal explicación. De esta manera, el marco teórico se convierte en la principal referencia de todo el proceso, ya que la hipótesis, las estrategias metodológicas y el análisis harán referencia siempre a las variables y a las categorías mencionadas en el marco teórico. De ahí la expresión “marco teórico", porque es la teoría que enmarca todo nuestro trabajo. Jamás podemos salirnos de ese marco de referencia.

A continuación, seguimos por la formulación de la hipótesis de trabajo, o del sistema de hipótesis, que es la síntesis del marco teórico, ya que en ella se expre sa de forma muy simple, clara, sin juicios de valor, de manera objetiva e impersonal, la respuesta concreta al problema, por lo que dicha hipótesis generalmente contiene las variables más importantes analizadas en el marco teórico. Las hipótesis son posibles respuestas a nuestro problema. Decimos que son “posibles” porque aún no sabemos si son verdaderas o falsas. Otra característica de las hipótesis es que son teóricas, por lo que no implican datos empíricos, sino que se basan en teorías precedentes relacionadas con el tema, las cuales se supone que revisamos anteriormente. De ésta manera, un ejemplo de hipótesis sería: “La nacionalidad oriental surgió en 1811, bajo las circunstancias del Éxodo del Pueblo Oriental”. Esta es una hipótesis de tipo descriptivo, ya que no intenta explicar cómo se originó la nación, sino simplemente describir cuándo comenzó. Si la quisiéramos transformar en una hipótesis explicativa deberíamos redactarla de la siguiente manera: “La nacionalidad oriental surgió en 1811, bajo las circunstancias del Éxodo del Pueblo Oriental, como una manera de superar la adversidad”. Aquí se incorpora el “como”, que explica por qué se originó la nación, además de decirnos cuándo se produjo. Por otra parte, estos ejemplos de hipótesis contienen algunas variables que se supone deberían desprenderse del marco teórico, que son: la variable dependiente (nación) y la contextual (lugar: oriental, fecha: 1811, y circunstancia: el Éxodo), para el caso de la hipótesis descriptiva; a las cuales, en el caso de las hipótesis explicativas, se le agrega la variable independiente (la causa o el motivo: superar la adversidad). Como vemos en nuestro ejemplo,  la nación aparece como una estrategia para superar la adversidad del Éxodo, que es lo mismo que decir que la variable dependiente es explicada por la variable indep endiente (en el caso de las hipótesis explicativas). Si es una hipótesis descriptiva, entonces no hay nada que explicar, solo hay que describir.

Después de la hipótesis debemos seguir por el diseño metodológico. Esto es, explicar y contar qué estrategias y técnicas utilizaremos para contrastar empíricamente nuestra hipótesis, y de esa manera averiguar si es verdadera o falsa. Pero para eso, es conveniente primero realizar la “operacionalización” de las variables de la hipótesis. Esto significa que si en la hipótesis se menciona un concepto, como “nación” o “adversidad”, en la operacionalización tenemos que determinar qué cosas son las que nos deberían mostrar si hay nación o no, o si hay adversidad o no la hay, que vendrían a ser los elementos esenciales de esos conceptos. Esto se hace porque al momento de contrastar empíricamente nunca vamos a poder observar a la “nación” o a la “adversidad” en la realidad, porque son conceptos teóricos, pero sí podremos observar a los elementos concretos que componen a esos conceptos, como podrían ser “la existencia de símbolos” (que es un elemento de la nación, como lo fue la bandera artiguista) o “la falta de alimentos” que podrían ser un elemento de adversidad. Esos elementos son los que indican si hay nación o si hay adversidad, por lo que se denominan “indicadores” de las variables, y es lo que buscaremos en los documentos históricos para ver si había nación o si no había, si la situación era adversa o si no lo era. En los casos en que los indicadores continúan siendo muy abstractos y difíciles de observar empíricamente, entonces agregamos entre las variables y los indicadores a las dimensiones. De esta manera decimos que una variable tiene diferentes dimensiones de análisis, y cada dimensión tiene diferentes indicadores que dan cuenta de su existencia o no. Para lograr la operacionalización, una buena estrategia es construir un esquema como el siguiente:

Una vez que hayamos terminado la operacionalización sabremos qué cosas mirar en la realidad para contrastarla con la teoría, es decir, en el caso de las investigaciones históricas, sabemos qué datos buscamos en los documentos. Si no haces esto, sucederá que cuando leas los documentos históricos no sabe s qué buscas, qué es importante y qué no lo es. Es conveniente reiterar que todas las variables, las dimensiones, y los indicadores que vemos en el esquema de nuestro ejemplo deben salir del marco teórico y de la hipótesis,  fueron seleccionadas porque se supone que la teoría contenída en la  bibliografía revisada las presentaba como fundamentales (es decir, que no son un capricho del investigador). ¿Comprendes ahora cuál es la importancia de la teoría, de la hipótesis, de la revisión bibliográfica y de los antecedentes?

Recién estamos, entonces, en condiciones de salir a buscar documentos históricos o cualquier otra fuente que sea capaz de brindarnos los datos que buscamos. A esta etapa se la denomina “trabajo de campo” o “recolección de datos”. Pero aquí surge un nuevo problema: ¿cómo sabemos si los datos que nos brindan los documentos históricos son verdaderos o no? ¿Cómo sabemos que esos datos nos garantizan la verdad? Bueno, para resolver este problema existen varias técnicas, pero en Historia, la más utilizada es quizás la “triangulación de datos”. Esto se hace comparando los datos de diferentes fuentes, y así, si todas las fuentes apuntan lo mismo, entonces las probabilidades de que sea verdad son mayores, y por consiguiente el dato es confiable; pero si las diferentes fuentes se contradicen, si hay confusión, entonces el dato no es muy confiable, y conviene no tenerlo en cuenta o si lo consideramos es obligación del investigador aclararlo en algún momento, en su informe.

Por fin, si ya tenemos la teoría y los datos necesario para la contrastación empírica, entonces comenzamos con el análisis de la información, cotejando cada variable, cada dimensión y cada indicador presentes en nuestra hipótesis, o en su operacionalización, con los datos reales que obtuvimos en nuestro tr abajo de campo. Esto es lo que nos permite arribar a determinadas conclusiones, que tendremos que reflexionarlas muy minuciosamente, sin dar nada por ente ndido o por obvio. De esta manera, cada cosa que digamos después está correctamente comprobada o fundamentada. Nada puede quedar al azar.

Finalmente, el último paso de una investigación, y el más esperado quizás, es la redacción del informe final que comunica al resto de la comunidad científica, o al público en general, los resultados obtenidos, y así nos exponemos a la crítica de los especialistas que tratarán por todos los medios de encontrar una falla en el trabajo, para tratar de derribar nuestra hipótesis, no con la finalidad de hacerle mal al investigador, sino para ser fieles a la verdad. Dicho informe tiene que ser redactado en tercera personas, con una elaboración sencilla y de fácil comprensión. Tiene que ser un texto que pueda ser entendido por cualquier lector, que explique y que fundamente de manera ordenada cada cosa que decimos. Jamás en un informe de investigación se analizan detalles metodológicos o empíricos. Eso queda para otras instancias, si la hubiere, donde el investigador deba defender su trabajo, explicarlo y responder a las preguntas de los críticos.

Prof. Fredy López